La vida no es un lugar de paso. No seas como Nona – M. Raymond, O.C.S.O.

¡Bah! “¡La vida no es más que un lugar de paso!”

 ¡Cuántas veces habéis oído estas palabras! ¡Cuántas veces las habréis dejado escapar vosotras mismas! Con inmensa amargura brotan en los labios y salen al exterior antes que nos demos cuenta. ¡Pero son una mentira!

La vida no es un “lugar de paso”. La vida no puede ser un “lugar de paso” sino pensamos en lo que significa. El ritmo de los tiempos está al margen de cualquier pensamiento real. Y el paso de los actuales está marcado por este signo: que cada mente está activa siempre, pero nunca ocupada realmente. Por ello es por lo que con tanta frecuencia escucháis esa mentira de que la vida es un “lugar de paso”.

Todos podemos ser reos de la misma mentira. O peor aún: podemos convertir la vida en un auténtico “lugar de paso” si somos tan frívolos como Nona.

Nona es una chica moderna, una de esas creaciones de Hutchinson. Vive y piensa como otras tantas muchachas tan modernas como ella…, muy de prisa y superficialmente. Hay días en los que Nona está muy indignada con la vida y le parece un “lugar de paso”. Al mismo tiempo, cuando todas las cosas le parecen absurdas, Nona oye una palabra nueva, la palabra “pecio” y se obsesiona con ella. No sabe lo que significa exactamente, pero quiera decir esto o lo otro, lo cierto es que la intriga. Haga lo que haga, piense lo que piense, escucha el débil eco de la palabra “pecio”. Rabiosa más que otra cosa, toma el diccionario decidida a encontrar lo que el obsesionante vocablo significa. Busca en la página y encuentra esta explicación: “Pedazo de la nave que ha naufragado; restos del naufragio que flotan sobre el mar; maderos a la deriva; personas o cosas arrastradas por la corriente…

Nona reflexiona largo rato frente al diccionario y, al fin, toma su pluma, tacha la palabra “pecio” y en su lugar escribe NONA… Ello equivale a afirmar que Nona es “un madero a la deriva en el Mar de la Vida; un objeto fluctuante sobre las aguas del mundo; un juguete para el flujo y el reflujo de las mareas; un algo a merced del primero a quien se le brinde ocasión de recogerlo”.

¡Qué concepto de la vida! ¡Qué concepto de sí misma! De él se deduce que Nona ni sabe lo que es ni por qué lo es ni a dónde va. Casi es comprensible que una persona en esas condiciones afirme que la vida es un “lugar de paso”, ya que ignora por completo lo que es la vida.

Lo más lamentable de todo es que hay muchas Nonas. Hay muchos “pecios” y muchas echazones en el Mar de la Vida. Millares de almas arrastradas por la corriente, ignorantes de dónde vienen, adónde y por qué van. Y todo porque nunca han comprendido esta verdad que les suena más extraña que cualquier ficción y que es absolutamente cierta: que la vida es una novela.

Nona es un personaje de un libro. En realidad no vive, aunque está muy segura de vivir. Tú mi buena lectora católica, estás viviendo y debes evitar ser como Nona. Debes evitar el tachar de cualquier diccionario la palabra “pecio” y sustituirla por tu nombre. Debes evitar el tener que decir esa mentira de que la vida es un “lugar de paso”. Yo te aseguro que la conmovedora verdad es la de que la vida es una divina novela, de la cual tú puedes llegar a ser la protagonista. Y la historia de tu vida, si sabes vivir rectamente, podrá terminar con las alegres frases de los bellos cuentos: “Y en adelante vivieron felices”. Ese “vivieron” se refiere a TI y a tu divino Amante.

Y en ese “en adelante” significará LA ETERNIDAD.

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